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Crecer activos

Enseñar hábitos de vida saludable a los más pequeños desde sus primeros años de vida, les permitirá incorporarlos en su cotidianidad y crecer sanamente, evitando el sedentarismo.

En un mundo donde preponderan las “actividades de escritorio” tanto en el mundo laboral, como incluso en las formas de relacionamiento social, promover hábitos de actividad física entre la población se hace urgente para evitar enfermedades de gran relevancia y frecuencia como la obesidad, además de elevar la calidad de vida general.

Hacerlo desde los primeros años de la infancia, permitirá que los niños y niñas incorporen en sus rutinas diarias el ejercicio como parte fundamental de sus vidas, lo que en el corto plazo no solo les ayudará a crecer de una manera más saludable, sino que también los dotará de mejores herramientas psicosociales para afrontar el mundo y entablar relaciones con su entorno, como el aumento de la autoestima y la disminución del estés y la ansiedad.

De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la salud, la actividad física trae importantes beneficios como el fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio y muscular, el mantenimiento de un peso saludable, mejora la motricidad, postura y equilibrio.

Durante el primer año de vida, los infantes deben realizar por lo menos 30 minutos diarios de actividades físicas como explorar el piso por sus propios medios mediante el gateo y actividades guiadas por sus cuidadores que coloquen en movimiento sus principales grupos musculares, como la rotación articular y actividades de rodillo.

Entre los 1-2 años, usualmente es en esta etapa donde el pequeño empieza a convertirse en un explorador del mundo, se recomiendan actividades relacionadas con el juego con una intensidad de por lo menos 3 horas al día, se desaconseja el uso de pantallas como celulares y tabletas que restrinjan la actividad de los pequeños por más de una hora.

En su tercer año de vida, 2-3 años, los niños necesitan empezar a realizar actividad física de mayor rigurosidad por lo menos una hora diaria, y actividad física moderada por lo menos 2 horas más; dentro de las actividades de mayor intensidad se pueden practicar saltos, natación guiada, el trote o la danza.

Desde los 3-5 años se recomienda mantener las 3 horas diarias de actividad física como mínimo, se pueden incluir para la práctica algunas actividades de conjunto como jugar a las atrapadas o la lleva, lo que le dará al niño mejores prácticas de socialización, siempre es recomendable asociar el juego a esta clase de actividades.

Como recomendación general recuerda que siempre la mejor manera de inculcar hábitos saludables es a través del ejemplo, si te involucras en las actividades físicas de los pequeños serán de más fácil ejecución.







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